Sábado 10 de la mañana. Voy a recoger a mi flaquita
contento. Había sido una semana excelente y qué mejor que celebrar tomando
desayunito.... El viernes me había quedado poco tiempo y todo lo que pude comer
fue una empanada.
La llamo y le digo: "Estoy pasando por ti. Espérame para ir a desayunar..."
Ella emocionada me responde: "Gracias amor, eres lo mejor que
me ha pasado en la vida, te voy a hacer el hombre más feliz del mundo, nadie te
va a tratar como yo, si existe una mujer en este mundo para ti... YO SOY. Tú y
yo somos almas gemelas y por suerte tenemos los mismos gustos" (OJO CON ESTO de
que nos gusta lo mismo).
Bueno, la recojo y le pregunto (con el tiempo me di cuenta
que yo ya no decidía): "¿Qué te gustaría desayunar preciosa?".
Y ella toda amorosa me responde: "Lo que tú quieras mi amor,
yo voy a donde tú vayas. Ambos recorreremos
el mismo camino hasta el último día de nuestras vidas".
Le replico: "Pero preciosa, ya hemos pasado por esto varias veces, vamos a
comer lo que a ti te guste, al final igual yo voy a comer lo que sea, tengo
hambre".
Ella insiste y me dice: "Amorcito, de verdad… tú decide,
vamos donde tú quieras, además te debes estar muriendo de hambre, ayer no has
almorzado nada más que una empanada, estas flaquito, un día más sin comer y
desapareces. Vamos donde tú quieras bebe, yo voy a estar siempre a tu lado y a
donde tú vayas, yo iré".
Bueno, no insistí más y le dije: "Ok, gracias preciosa. ¡Qué
suerte que el destino nos unió!, debo ser la envidia de todos los hombres del mundo. ¡Quién no quisiera tener
una mujer tan comprensiva como tú!".
Con su aprobación le digo: "Entonces, como me quieres engreír,
vamos a comer Chicharroncito con Tamal y si queda espacio un Pan con relleno y
su Cafecito".
Me mira con una carita (igualita al gato con botas) y me
dice "Ok vamos Amorcito" (debo decir honestamente que me sorprendió su respuesta,
esperaba un NO).
Arranco el carro emocionado y le digo: "gracias por darme
ese gustito" (casi se me cae una lagrimita de la emoción), íbamos avanzando y a
dos cuadras me dice: "Ah me olvidaba, A MI ME PIDES UN PAN SÓLO".
:( por la PTM (eso no lo dije, pero lo pensé).
¡Qué le costaba decirme desde un principio que no quería eso o qué cosa sí quería comer! Si ya la conozco, prefiero comer algo que sí le guste y evitarme renegar.
No hice mayor comentario, me quedé en silencio y di media vuelta. Al final no comí lo que quería.
¿No hubiera sido más fácil que ella decida?
¿Les ha pasado?
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